miércoles, 5 de enero de 2011

Se dice de mi

Los jóvenes han ido marcando durante los últimos tiempos un cambio en los procesos de lucha y valorización, chicas y chicos que se ven motivados por la historia, por el presente y por el futuro, se convierten hoy en el blanco de gran parte del contexto mediático y social.

A través de los grandes medios de comunicación se ha ido construyendo un concepto sobre el/la joven que muchas veces logra dejarlo al margen del crecimiento personal y social. El estigma social, incluido dentro de un conjunto de actos que discriminan a los sujetos, limita y/o cancelan los derechos de los adolescentes que se transitan una etapa de la vida difícil y de muchos cambios.

La palabra estigma, de origen griego, se refiere a la marca física que se dejaba con fuego o con navaja en los individuos considerados extraños o inferiores. La juventud ¿realmente da representación a esta definición?

No todo es lo mismo, si bien es una juventud consecuente de actos pasados - gobiernos mal logrados, exclusión social y económica, etc., existe aquel joven que actúa según sus instintos, que sale a bailar, que se divierte, que trabaja y estudia, que hace arte, que analiza y propone.
La Chispa tuvo la oportunidad de charlar con Patricia Puente, estudiante del último año de secundario en la Escuela Mariano Moreno y una de las propulsoras del Centro de Estudiantes del establecimiento. “Los grandes medios de comunicación no quieren que nosotros participemos, que seamos una juventud activa.”, nos cuenta Patricia.

Se asume que estamos insertos en un ambiente mediático que pone en juicio a la juventud constantemente, y que existe una sociedad que absorbe ese mensaje y reacciona; Patricia, como una joven militante, responde a esa actitud: “esa es la imagen que quieren dejar del joven, que no sirve para nada, que se emborracha, que se droga, que está perdido, pero también hay jóvenes que participan, que se preocupan, está esa juventud que quiere intervenir, que le importa lo que pasa en su barrio”.

Patricia, nos cuenta sobre un programa que se emite por canal 2, donde “solo se ocupa de pasar a los pibes cuado salen de bailar y se cagan a piñas”, el programa al que refiere es Calles Salvajes, donde Martín Ciccioli se encarga de mostrar “las calles violentas, calientes, imposibles de transitar” según su propia definición, donde los protagonistas son los jóvenes.
Los medios de comunicación jugando un rol primordial ante los ojos del espectador, mostrando solo un recorte de la realidad que responden a intereses particulares de una empresa, distorsionando los hechos cotidianos, un proceso que no acapara distinciones y gratitudes, sino que provoca una desinformación social progresiva.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

muy buena la nota!!

Anónimo dijo...

se me ocurre pensar por qué suena simpático decir "todos tenemos un niño dentro" y no "todos tenemos un joven dentro". Será que esto último suena peligroso, riesgoso?

Anónimo dijo...

Soy de Moreno: para vos que estas al margen de los jóvenes alcoholicos,drogadictos y ladrones, no te preocupes, porque todos sabemos que esos son la minoría, hay pocos programas que los muestran a ustedes,los estudiosos , prósperos y trabajadores como el de Campanela que va por la educación.Pero ustedes son chicos sanos, los otros son enfermos y no sabemos si tienen cura aunque los padres tratemos de que sí.

Anónimo dijo...

No es una cuestión de cura, sino de entender a los jóvenes y el contexto en el que fueron criados,un contexto que no eligieron. Lo que todos deberiamos hacer es apostar a los jóvenes, prestar atención a sus cosas y a partir de ahí intentar guiarlos.

Anónimo dijo...

Tenemos que tener en cuenta el contexto donde estos pibes crecieron y se desarrollaron, el estado es muy responsable de esto y la familia por supuesto que tambien, pero es necesario prestar atención a la historia para poder entenderlo y a partir de ello modificarlo. Todos somos responsables de ese cambio. Saludos!