domingo, 29 de mayo de 2011

EDITORIAL

Desde un comienzo La Chispa tuvo un objetivo. Un objetivo que poco tiene de objetivismo, puesto que creemos en una ilusión, y vamos detrás de ella construyendo puentes y caminos para avanzar hacia nuestro fines. Porque quienes hacemos estas líneas, las cuales llamamos notas, tenemos el deseo de trasformación a partir del efecto que pudiese causar.

En ese sendero nos dirigimos hacia una utopía. El mismo significado que alude Osvaldo Bayer en su libro En Camino al paraíso…”Nos referimos a ella como si fuese una piedra preciosa encantada guardada con siete sellos, o como si se tratase de sueños de libros de la infancia. Y no nos damos cuenta que utopía no significa otra cosa que lo que tendríamos que hacer para ser felices”.

Por eso creemos en los sueños compartidos que nos fomentan los pasos a seguir, nos quitamos los miedos de una realidad que nos vendieron y compramos sin saber. La chispa es esa chispa a la que hacemos referencia. Es el comienzo y el producto que derivó a repensar la manera de participar en el cambio. Hacerse cargo de la posición que decidimos tomar a la hora de hacer algo en el área de la comunicación.

Fuimos entendiendo el valor del público, fuimos reconstruyendo la imagen, y cambiando en algunos aspectos y fortaleciendo otros. El proyecto que hoy llevamos adelante con orgullo surge en el reconocimiento de la discusión, como espacio necesario para formarse, en el trabajo grupal para fortalecer la integración y la complementación, pero sobre todo, se desarrolla a partir del compromiso que sostenemos cuando entendimos que en un sistema de relaciones, la comunicación es el eje que queremos trabajar.

Con este fin presentamos en este espacio a Activa! Comunicación, una cooperativa que emprendimos para fortalecer el lugar desde el cual miramos al mundo, para materializar los pensamientos más profundos de nuestra conciencia.

Pero sería muy difícil llevar cabo y mantener este proceso, si la identidad propia la encontramos en los análisis escritos por otros. Ese verso ya no pertenece a cierta verdad si podemos construir otra. Sin sentir el frio de la demagogia, nos acercamos al calor de aquello que nos rodea, para escuchar y vivir tal existencia.

Por eso sostenemos que la misma contingencia del lenguaje y las prácticas sociales pueden producir seres humanos de una especie que antes nunca haya existido, y eso nos induce a la idea que vamos por el camino correcto para sustituir las injusticias y las desigualdades de esta realidad.

Nos sentimos responsables de las palabras, y nos hacemos cargo del rol que desempeñamos cada vez que le damos un nuevo sentido a los conceptos ya instalados y a las metáforas que juegan a ser verdad. De esa manera Activa! toma forma y color ubicándose en un espacio necesario donde los significados de los mensajes se desprenden de la acción de los mismos.

Por todo ello, apostamos a la poesía, a la imaginación y revalorizamos el arte como un medio de expresión puramente político. Desde las murgas de nuestros barrios, desde la literatura, desde todo lo que sugiere una manera de ver las cosas.

Ya sea para reclamar o para proclamar, para comprender o para desistir, estamos tomando posición, desde que intereses vamos a representar hasta las fichas con las cuales queremos participar, para darle sentido a este camino de la comunicación.

La historia dando a luz

Los sucesos ocurridos durante la última dictadura militar aún persisten desde diferentes ópticas, y más allá de que se hayan conmemorado 35 años del inicio de esta nefasta época, y de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia que mantienen en vigilia aquellos años, la sensibilidad se ve agudizada ante las aberraciones que actualmente están frente a los juzgados: la expropiación de bebés.

Las causas por la sustracción de bebés comenzaron hace más de catorce años, a partir de las acciones realizadas por Abuelas de Plaza de Mayo, denunciando un “Plan Sistemático de robo de bebés.” De esta manera, algunos de los represores en el banquillo de los acusados, Videla, Bignone, Jorge “Tigre” Acosta, Antonio Vañek, Rubén Franco, Santiago Riveros, Juan Azic, y el médico Jorge Magnacco, serán enjuiciados por “la sustracción, retención y supresión, y sustitución de identidad de menores de 10 años”, muchos de ellos nacidos en las maternidades clandestinas dentro de los centros de detención. Las principales funcionaron en Campo de Mayo, en la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada) y en el “Pozo de Banfield”.

Durante aquella época el Partido de Moreno no permaneció ajena a los hechos que venían sucediendo, porque sus calles y hogares también fueron testigos de la desaparición forzada de jóvenes militantes, matrimonios, mujeres con hijos y embarazadas, las cuáles aparecen en la siguiente ficha:
- María Elena Amadío, periodista de 30 años, secuestrada en Cap. Fed. (23/03/1976) y sus restos hallados en el cementerio de Moreno, su hijo estuvo en el ex Instituto Mercedes de Lasala y Riglos, todavía sigue sin identificar.

- Celina Galeano, embarazada, dio a luz en Campo de Mayo, su hermano está desaparecido, es hija de Beba de Madres de Plaza de Mayo, declaró por los bebés nacidos en cautiverio, fue secuestrada en Trujui junto a su compañero (01/09/1978), Osvaldo Balbi, sus hijos sobrevivieron. Celina vive en el sur, Osvaldo sigue desaparecido, era militante de Vanguardia Comunista, tenía 35 años, era escritor.

- María Cristina Cournou Heredia, 28 años, embarazada de 4 meses, Delegada del Gremio Docente, maestra de la Escuela Nº 9 de Paso del Rey. Desaparición forzada en su domicilio (22/06/1976), hermana del cantautor Víctor Heredia. Secuestrada junto a su marido, Claudio Nicolás Rebollo Grandi, militante del Partido Comunista Argentino, 31 años, egresado de la carrera de letras, escritor.

- Leonor Inés Herrera Sallenave de Mangini, desaparición forzada (29/03/1976), estuvo en la Quinta La Pastoril en Moreno, dos meses después trasladada a Avellaneda, Militante del PRT, 27 años, esposa de Juan Mangini, de 33 años, jefe de inteligencia del PRT-ERP, estuvo en la Quinta La Pastoril (29/03/1976). Su hija se llama Florencia Mangini y vive en Cap. Fed. al momento del secuestro de sus padres quedó en poder de la policía o del ejército, entregada al ex Instituto Mercedes de Lasala y Riglos, según relatos de trabajadores del instituto fue siempre custodiada por fuerza de seguridad.

- Nidia o Nadely Muñoz Bordón Beatríz, embarazada de 4 meses, militante de JP Montoneros, empleada doméstica, secuestrada en Lanús (07/04/1978), vivía en el Barrio Minguillón de Moreno. Secuestrada junto a su esposo, Luis Ramón Ledesma, militante de JP Montoneros, su mamá continúa viviendo en Minguillón.

- Gladis Porcel Rodríguez del Valle, embarazada de 5 meses, 24 años, desaparición forzada el 27/10/1976, y detenida en el CCD Vesubio en Moreno, estudiante y militante del Frente Revolucionario 17 de octubre, dio a luz antes de morir, sus restos están en el cementerio de San Martín (EAAF), viuda de Puggioni, padre de Tupac Vladimir Puggioni.

- Rosalía Zarza Segovia, 29 años, embarazada, ama de casa, desaparición forzada en su domicilio de Moreno, desaparecida junto a su esposo Cesar Augusto Sandoval Blanco (22/12/1977), 28 años y militante del ERP, yesero. Sus hijos Omar, Mario y Silvia dejaron muestras de sangre para comprobar su parentesco (EAAF).

- Norma Sintora Maglione de Salsona, embarazada de 8 meses, 24 años, casada, militante del PRT-ERP, nacida en Córdoba, estudiante de ingeniería electrónica en la UNCBA, empleada en Fiat CBA, domicilio en Bs. As. en San Antonio de Padua, secuestrada en Paso del Rey, detenida en el CCD La Perla. Su esposo vive.
Hasta el momento han recuperado su identidad 103 jóvenes, de alrededor de 500 menores expropiados durante los años que duró el gobierno de facto, mientras que el resto continúa sin ser reconocido, por la falta de datos e información que hasta el momento podrían seguir en los archivos de inteligencia de las fuerzas represivas. Mientras tanto, durante los próximos ocho meses cerca de trescientos testigos declararán sobre los hechos.

El nieto que no fue

Mario Bellene trabaja en la Dirección de Derechos Humanos de la Municipalidad de Moreno en el Área de Archivo e Investigación, sus padres fueron militantes de Montoneros en Moreno y zona oeste, ambos fueron detenidos cuando su madre estaba embarazada de él de 4 meses. La detención se llevó a cabo en Concordia, Provincia de Entre Ríos, y una vez detenidos fueron trasladados a Buenos Aires.

El primer lugar de detención en el que estuvieron fue la (VII) Brigada Aérea de Moreno, después pasaron por un destacamento policial de Francisco Alvarez, después por la Comisaría Primera de Moreno, y como destino final para los dos fue Mansión Seré. “A mi vieja la liberan cuatro meses y medio después de que la detienen, una semana antes de que nazca yo, en agosto del `77, a mi viejo no lo liberaron, hoy continúa desaparecido. La liberación de mi vieja fue parcial, si bien no la dejan dentro de un Centro Clandestino de Detención, la liberan pero continuaba siendo perseguida, las casas en donde ella estaba continuamente eran allanadas”, contó Mario a La Chispa.

“Mi vieja cuando tuvo posibilidades de despegarse un poco de estos seguimientos me deja en una casa acá en Moreno, con la familia que me adoptó. Los hijos del jefe de familia también eran militantes de Montoneros, él había pedido inmunidad diplomática para su familia, y en esa casa no podía ingresar nadie”, explicó.

El primer contacto que Mario volvió a tener con su mamá biológica fue entre los años 1986 y 1987, “quienes yo consideraba que eran mi mamá y mi papá un día me dijeron `vino tu mamá a verte´. Hasta ese momento yo sólo había escuchado comentarios, de reuniones, de operativos en esa casa, como anécdotas. Esa mañana que vino mi vieja no entendía nada de lo que pasaba, sentía que tenía cosas más importantes para hacer, que era jugar con los autitos y esas cosas, era muy pibe”, contó Mario recordando el reencuentro con su madre.
La familia que lo adoptó nunca le negó su historia, y a medida que fue creciendo entendió más sobre quién era su papá y su mamá. El apellido Bellene pudo tenerlo a los 16 años, cuando ya se habían perdido las esperanzas de que su papá apareciera.

“Por una cuestión de falta de madurez por mi parte nunca tuve una cercanía con mi vieja, recién la tuve hace 4 o 5 años cuando me pude sentar a charlar con ella y aclarar todas las cosas, y comprender que lo que ella hizo no fue por culpa de ella, sino que fue por culpa de todo un proceso que se había generado en ese momento”, reflexionó Mario. A modo de conclusión, agregó que es bueno que los jóvenes se interesen, que tienen que volver las ganas de indagar, “nosotros hoy por hoy, desde el área de investigación utilizamos muchos recursos de investigación, internet, libros, diarios históricos, y nos damos cuenta que la verdadera historia la tienen los que la vivieron, y eso es lo que hay que aprovechar. Y no tenemos que dejar de lado a los viejos, porque son lo mejor que tenemos, son un libro abierto y hay que aprovecharlos.”

Cuadro de contexto: Legados de la historia: Carta de Manuela a Cristina (2008)

“Señora Presidenta, mi nombre es Manuela Silvana Marín, me dirijo a usted para contarle mi historia y pedirle ayuda para mi situación. Transcurría septiembre del año 2008 cuando me encontraba en situación de calle, porque me habían desalojado de la vivienda donde alquilaba con mis tres hijos. Era en la calle Benedetti en la Ciudad de Buenos Aires, a metros de la plaza Ramón Falcón, donde me encontraba el día en que el móvil de la policía me llevó con mis tres hijos al Hogar Salas, donde los retuvieron y yo tuve que volver a la calle.

Iba todos los días a visitar a mis hijos, pero el 17 de abril de 2009 me prohibieron verlos y solicitaron que me dirigiera al juzgado para que me dieran un régimen de visitas. Me dirijo a la calle Uruguay, a la Asesoría del Menor y la Familia donde no me ayudaron con nada. Es así que desilusionada, frustrada y sola, en la calle y sin ningún tipo de ayuda del Gobierno de la Ciudad, perdí todo tipo de contacto con mis hijos, teniendo domicilio en provincia (Moreno), no me daban cobertura social ni asistencia de ningún tipo.

Los chicos están al cuidado provisorio de una familia integrada por Marcelo Adrián Cornejo y su señora María Eva Dalinger, quienes se apropiaron de la tutela de mis tres hijos, Nahuel Agustín de 6 años, Lucas Iván de 4 años, y Paulina Daniela de 2 años. El Juzgado Número 8, en el 3er piso de la calle Lavalle al 2200 de la Ciudad de Buenos Aires tiene la causa, la Jueza Julia Laura Servetti de Megías, fue quien dictaminó que no puedo ver a mis hijos, inventando una causa en mi contra de “abandono de persona”, cosa que no es cierto, son falsas acusaciones que estoy dispuesta a comprobar mediante examen psicológico, me considero por sobre todo una madre sana, con las facultades físicas y mentales para cuidar a mis hijos. Le ruego Señora Presidenta su ayuda, pero mientras no encuentre a mis hijos no seré feliz.”

Actualmente Manuela tiene un trabajo estable, pero hace 2 años que no puede ver a sus hijos.

La TV que nos mira

Hay en el aire programas “periodísticos” que dicen involucrarse con “la calle”, pero no hacen más que profundizar la estigmatización sobre las clases populares y en particular con los jóvenes del conurbano. Sólo se muestran los conflictos, haciendo de este recorte arbitrario el eje central de sus coberturas, mostrando sólo lo superficial.

Estos programas, entre los que se puede encontrar Calles Salvajes, Policías en Acción, GPS, Documentos América, Vidas paralelas, La Liga y Cárceles (algunos de ellos con apariciones intermitentes), se instalaron como género televisivo e imponen una construcción de lo real que genera polémica.

El programa de televisión Calles Salvajes se presenta así: “Las calles son violentas, calientes, imposibles de transitar. Son calles salvajes”.

Más allá del recurso discursivo del miedo, utilizado por el cine de suspenso y terror, y que coinciden con las políticas neoliberales más represivas, hay un imperativo que designa una verdad: las calles son así: una verdad que se impone.

El recorrido de su conductor estrella, Martín Ciccioli y sus cámaras en mano que lo acompañan como si fuéramos nosotros los que seguimos sus pasos por las calles salvajes, es una muestra compleja de lo que la televisión puede hacer con lo que se ve y la experiencia de la “intemperie”. Entonces nos encontramos allí, en un escenario siempre hostil, hiperreal, en el borde de lo social. Allí pareciera que va a buscar las historias. Pero eso ya es una interpretación excesiva porque la experiencia es sólo televisiva y no incentiva un análisis ni de tiempo ni de espacio (contexto). Por lo tanto no es una experiencia política, es una experiencia “reality”.

Por otro lado (y aparentemente desde el otro lado) está el programa Policías en Acción. En este programa ni siquiera se necesita conductor, porque la cámara sólo sigue a los efectivos del orden, personal que evidentemente tuvieron que pasar por un casting de riguroso control porque hasta el momento no se ha visto nunca un programa en donde los efectivos participaran de la venta de drogas, autopartes, armas, etc. etc. como muchas veces nos enteramos.


Pero Policías en Acción es apenas un poco más coherente como producto televisivo. La mirada de un policía no tiene por qué ser profunda ni contextual. Solo está para actuar y esa es su función. Sí da para preguntarnos por qué un programa de televisión está montado sobre esa mirada. Un abordaje posible a esa reflexión puede hacerse desde ciertos códigos del fotoperiodismo y éste tiene que ver justamente con el “punto de vista”. Para Aristóteles la verdad está siempre condicionada por la interpretación subjetiva de las ideas del observador del hecho, quien tienen un punto de vista, siempre es un punto de vista visual y moral. Podemos afirmar que tal interpretación da lugar a la representación, y la representación (la imagen) es una “ficción operativa”, un “pacto discursivo” socialmente condicionado. A esto nos asalta una pregunta: ¿quién le dio el poder a la televisión para representarnos?

Aún cuando transitamos una época en donde se empieza a cuestionar ese poder de representación, los medios de comunicación se deslizan por un verosímil instalado, un sentido común que es construido por un sistema de valores, del que son parte, que nos lleva al extrañamiento del otro, a la desconfianza del semejante.

Columna: Del otro lado Polosecki

A principio de los 90 emergió de esa cultura neoliberal que sobrevaluaba la individualidad como representación de sí mismas, Fabián Polosecki se introdujo en las sombras del sistema para encontrarse con las individualidades que representaban un todo, que denunciaban los tensores que nos sujetaron.

El programa se llamaba Del otro lado y podríamos decir que es el precursor de este género que en la actualidad se utiliza para estigmatizar a los jóvenes del conurbano, entre otros.
Polosecki, abrumado por lo hiperreal de las historias con las que se encuentra, terminó con su vida arrojándose bajo las vías de un tren el 3 de diciembre de 1996.

La lucha se transmite a través de la música

Malena D’alessio, voz de Actitud María Marta, grupo de hip hop Argentino con una amplia cultura de sonidos latinoamericanos y jamaiquinos, genera una visión sobre el mundo y la realidad, en diálogo con La Chispa.


Bajo el sonido de un tango, y rodeado por cuadros de las figuras de grandes actores y músicos de la Argentina, la charla se hace presente. Malena describe cómo su música fusiona el rap con diferentes ritmos autóctonos como el tango, la payada, música del altiplano y reggae, de manera que generan ante el público la vibración que hace descargar tensiones. Además, explica cómo este trío femenino, conformado junto a Karen Pastrana y Karen Fleitas, está caracterizado por mantener un compromiso social activo.


¿La música de Actitud María Marta que tipo de función cumple?
La función que tiene, no yo, sino el género musical, tiene la particularidad de convertir la tristeza o las cosas complicadas de la vida en algo energético, de energizarlo, de darle esa vuelta. Yo anhelo contagiar eso, si de alguna manera puedo tener funciones, es contagiar esto musicalmente desde la energía y eso se traduce políticamente con una visión de participar, de comprometerse. Yo te diría que la música trasforma el estado de las personas, mejora la vida, creo que mejora el mundo también, a partir de ahí, la música puede ser un vehículo para trasportar otro tipo de cosas como cuestiones de ideas, de poesía, vendría a ser como una música dentro del discurso, una música con las palabras.


¿Encontraste alguna respuesta participando en H.I.J.O.S. o te ayudo a comprender por qué sucedió el proceso militar en la década del 70?
Lo que si entiendo es que el proyecto se quiso detener, por qué se quiso detener, entiendo que era una época en la cual los cambios y las revoluciones eran concretas, era real en ese tiempo. Además, fue el exterminio físico de las personas que estaban mas comprometidos con esas transformaciones, eso lo comprendo. Los condeno también por haber propuesto un proyecto político y económico, que también, es del exterminio, del hambre y la desigualdad que es otra forma de matarnos y eso es un genocidio que acompaña a lo largo de la humanidad, entonces también son responsables de eso y también los indiferentes tienen su responsabilidad.


¿Coincidís con los ideales de alguna cultura en particular latinoamericana?
En este momento, me refiero al proceso político y social que esta viviendo Latinoamérica, es un momento de reafirmación de la identidad latinoamericana. Yo apoyo todos los procesos de cambio que tuve la oportunidad de ver con mis propios ojos, que fui testigo, como en el caso de Ecuador, Venezuela, Argentina. En primera instancia apoyo, quiero participar desde adentro. Podré hacer todas las críticas que sean necesarias pero con una participación clara, quiero formar parte de eso, no me quiero quedar al margen porque el éxito o fracaso de todo este proceso ya hace un tiempo no depende de los políticos solamente, depende de nosotros como pueblo, gente, personas, hagamos, nuestra cuestión es determinante.

Un baile que habla

Desde hace algunos años, las comunidades han decidido darle fuerza a una de las expresiones artísticas más revolucionarias en los últimos tiempos, las murgas.

La murga ha sido desde siempre un baile de festejo y reclamo, dado que la historia muestra sus orígenes en la época de los esclavos, los cuales motivados por los maltratos de sus amos realizaban este baile burlando a esa realeza; el último tiempo ha demostrado que esta forma de expresión se repite y se alimenta de las ganas de decir, de reflejar una problemática y acompañar un proceso de cambio.

En Moreno, La Chispa pudo conocer a diferentes murgas que han venido creciendo y mostrando esas falencias y virtudes de sus barrios a través del baile y la percusión. “Para el barrio es como un símbolo, vos nombras Sanguinetti y se quiere decir `el barrio de los Piantados´, y para nosotros eso es un honor, porque arrancamos como un juego de amigos y se fueron sumando chicos. Nunca hubo murga en el barrio, y ser los artífices nos genera mucha emoción por lo que significa para el barrio”, así nos contaba Ezequiel, uno de los creadores de la murga “Los Piantados de Paso del Rey”.

Pero también, el mensaje militante y político de cada murga es muy claro, a través de ella no sólo encuentran un medio de expresión, sino también de reclamos, y así se manifiestan en sus shows, sus canciones que direccionan sus críticas a los poderíos y reivindican a los barrios y su gente como los conquistadores de la calle.

Cristian, participante del Centro Comunitario “El Encuentro” de Santa Brígida y de la murga “Los Mocosos del Encontronazo”, del mismo lugar, nos cuenta: “Es una expresión artística y genuina del barrio, puede ser una voz también. Es un espacio de organización, de formación, y también asambleario, porque como la pensamos a la murga nosotros es un espacio sin directores, se va formando un grupo y es ese grupo el hacedor de las decisiones, es el que flashea qué tocar, qué cantar, qué decir y cómo decirlo también”.

La relación con la comunidad es esencial para el funcionamiento de la murga, por eso el acompañamiento siempre esta dado por un sentido de pertenencia, de escuchar y bailar lo que sucede día a día a nuestro alrededor. Los jóvenes toman la posta en este caso, ellos incentivan día a día a los más chicos a participar y expresarse, que no quede en el solo hecho de bailar, sino también de decir, de alzar la voz y hacerse escuchar.

Cecilia de los “Los Caprichosos de Momo” define a la murga como una forma de organización colectiva, la cual puede denunciar y celebrar cosas, y que “es importante en el barrio tener un espacio que celebre la vida y que también diga cosas, más allá de bailar y que se vean cosas bonitas, y si son los pibes los que lo dicen, mejor”.

No va más!

Cansados de tanta restricción para acceder a una educación pública que abre las puertas del progreso a nivel colectivo, estudiantes de terciarios se organizaron, y hoy en dos institutos del Conurbano el acceder a estudiar una carrera no tiene cupo limitado.

Como si efectivamente se tratara de un juego, la Dirección de Educación Superior, implementó una nueva forma de ingreso al nivel terciario y universitario. Anteriormente, se realizaba por medio de examen eliminatorio donde sólo ingresaban a la carrera aquellos que obtenían mejor puntaje, de acuerdo a las vacantes disponibles. Sin embargo, para el ciclo lectivo 2011 la decisión fue que el ingreso de los estudiantes quede en manos del azar y que se realizara por sorteo entendiendo a la educación como “una cuestión de suerte”.

Así, esta nueva metodología fue aplicada a toda la Provincia de Buenos Aires excepto a algunos institutos del Conurbano Bonaerense como fue el caso del Instituto Ricardo Rojas de Moreno y el Graciela Gil de Merlo. No fue por una decisión política sino por la victoria de una lucha estudiantil organizada. Durante el mes de febrero se dio a conocer la noticia y desde allí la disputa fue continua y permanente.

El porcentaje no era menor, los institutos sólo tenían lugar para un 35%, por lo que un 65% lo que representaba más de 1000 aspirantes, quienes se quedaban sin la posibilidad de estudiar.

“Este es el papel que tiene la educación, está dejada a un lado, conviene que no estudiemos, que no pensemos, que no nos organicemos. Un pueblo sin educación es un pueblo que no responde, por eso peleamos tanto por ese derecho que nos corresponde a todos. Nosotros tenemos un montón de restricciones que tienen que ver con la situación económica, con lo que nos pasa a cada uno en nuestra casa y que encima del Estado nos diga `mira no vas a entrar si no tenés suerte´, no lo podemos permitir”, declaró a La Chispa Manuela, estudiante comprometida con el conflicto.

De manera organizada, estudiantes, agrupaciones políticas y sociales, formaron una “coordinadora” que llevó adelante la lucha representando una total oposición al ingreso restricto de estudiantes, levantando la bandera de la educación como un derecho para todos.

Por medio de asambleas participativas la Coordinadora decidió algunas acciones, entre ellas la toma del Consejo Escolar, cortes de calle en el centro de Moreno, y así lograron que se hicieran presentes representantes de la Dirección de Educación Superior, quienes autorizaron el ingreso irrestricto.

Esta organización surge a partir de un conflicto puntual, sin embargo, la perspectiva es a largo plazo y los objetivos son profundos, “queremos armar el centro de estudiantes en el Rojas, empezar a discutir más de fondo el tema del presupuesto, los problemas edilicios y lograr obtener un edificio único para cada institución educativa, el beneficio del boleto terciario que no existe, la calidad y el nivel educativo. Y principalmente organizarnos con todos los institutos de la provincia”, anunció Manuela.

Los objetivos mencionados exceden el territorio de Moreno, de Merlo y del Conurbano, son decisiones políticas que trasladadas a las acciones se reflejan en las injustas situaciones diarias en las que se encuentra la educación. Así, el estudiante hoy reivindica su verdadero rol, se ve frente a otras exigencias que movidas por el compromiso y la convicción dan cuenta que la organización es la base de la lucha para obtener la educación que todos merecemos.

Manuela nos comparte su reflexión: “Me di cuenta que si no empezaba a discutir, si no me plantaba, si no empezaba a pelear por lo que me correspondía no lo iba a hacer nadie por mí. Hay dos maneras, una es ser espectador y ver como suceden las cosas, o empezar a tomar parte y decidir cambiarlo”.

El costo de no pertenecer

Si bien el trabajo callejero es una salida laboral que permite autoabastecerse económicamente, afrontar las restricciones que éste conlleva se convierte diariamente en una ardua tarea.

Como respuesta a la ineficiencia gubernamental en varias ocasiones la sociedad ha tenido que buscar formas alternativas de subsistencia, gracias a las cuales ha salido a flote en circunstancias críticas.

En su momento uno de los recursos fue el sistema de trueque, que se convirtió en soporte de la economía de los sectores más carenciados, que se hallaban en la miseria debido a diversos factores, tales como el déficit fiscal y el repudiado “corralito”, que desataron la crisis del 2001 en Argentina.

Así como la feria del trueque fue en ese entonces un método paralelo al mercado formal, hoy en día ese lugar, por fuera de la estructura, lo ocupan los puestos callejeros. Que se asemeja al mismo en el hecho de que es una alternativa laboral que permite sustentarse, aunque no sea un empleo formal. Aspecto que recae sobre los vendedores a la hora de salir a la calle y desempeñarse en su labor, ya que esta condición los sitúa en una posición desfavorable con la cual tienen que lidiar cotidianamente.

La subsistencia tiene su costo. La vendedora Ana Gutiérrez, en una entrevista con La Chispa, contó que debió avocarse completamente a este trabajo para pagar la hipoteca de su casa. Y habiendo comenzado la carrera de turismo, tuvo que renunciar a su vocación para hacerse cargo de la familia.

Si bien esta salida resulta provechosa, debido a que las ganancias que aporta alcanzan para solventar los gastos de un grupo familiar, lo cierto es que quienes realizan esta actividad padecen complicaciones, ya que son víctimas de la inseguridad, pero sobretodo se encuentran asediados por los organismos de seguridad y control. Por lo que son desalojados y su mercancía decomisada. En los mejores casos, quienes poseen más antigüedad pueden llegar a hacer “ciertos acuerdos” con la ley, aseguró una de las vendedoras de la Plaza Mariano Moreno. Aunque obviamente el costo de esos “favores” condiciona financieramente al comerciante.

En consecuencia, la realidad de quienes se ganan la vida en la calle es algo controversial, porque deben rebuscárselas para sobrevivir ante la falta de oportunidades laborales, pero aun así no sólo basta con tener un empleo, también tiene que estar abalado por la ley.

Los orígenes del trueque

Esta metodología de trabajo, basada en el intercambio de productos, objetos y servicios, sin la mediación del dinero, tuvo lugar el 1º de mayo de 1995. Fue la iniciativa de un grupo de ecologistas de clase media basada en el “Programa de autosuficiencia regional”, que consistía en aplicar las ideas ecologistas en la economía, con el objetivo de promover el desarrollo local sustentable a través de la producción de alimentos en huertas tecnológicas, el ahorro energético, entre otros.

Pero lo que impulsó a estas personas a elaborar aquel sistema, que derivó en el primer Club del Trueque, fue la crisis económica de la década del 90 que afectó gravemente a la clase media, tras el aumento de la tasa de desempleo y la disminución de dinero en circulación.

Luego en octubre de 2001, un número importante de usuarios se adhirió al mismo, debido a la grave situación económica que estaba padeciendo la Argentina en aquel momento. Gracias a este sistema 7 millones de personas del sector más carenciado lograron subsistir. Aunque esta inserción provocó el abandono de la clase media, debido a que los principios de solidaridad, transparencia y equidad dejaron de existir en el trueque, a causa de la gran cantidad de personas, que sin poder producir, entraron al sistema para consumir lo que podían.

Las heridas de una guerra

Hace un largo tiempo que los Ex Movilizados de Malvinas reclaman por sus derechos, pero las respuestas a su pedido quedan sólo en los archivos y fuera del debate de la agenda política.

El 2 de abril de 1982, mientras llegaba a su fin una de las dictaduras más sangrientas de Argentina, miles de jóvenes de distintas provincias del país, combatieron en la guerra de Malvinas, un combate armado entre la República Argentina y el Reino Unido. La causa fue una lucha desde hace muchos años, por conseguir su soberanía. Y el principal responsable e impulsor de este conflicto, fue el gobierno de facto dirigido por Leopoldo Galtieri.

Argentina no estaba preparada para enfrentar a los británicos. Muchos jóvenes fueron forzados a entrar en un conflicto bélico sin preparación en armas. Cientos de almas se perdieron en esta guerra que marcó la historia nacional.

Pero hoy la lucha continúa desde otra perspectiva. En la actualidad existe un dilema entre los ex combatientes, los ex movilizados y el Estado.

El problema en cuestión es que los llamados movilizados están reclamando al Gobierno que sean incorporados al subsidio estatal y así poder cobrar una indemnización de la cuál no hay respuestas tangibles.

Frente a esta disputa muchos de los ex combatientes, que sí entraron en el conflicto bélico, están en desacuerdo con esta cuestión. “Nosotros no los apoyamos. Ellos son sólo movilizados. Mientras apenas dormíamos unos minutos en las trincheras, ellos lo hacían en una cama, en los batallones. Tendrían que buscar el subsidio como movilizados y no por la sangre derramada como dicen, porque no la vieron” afirma Alfredo, integrante de U.C.I.M. (Unión de Ex Combatientes de Malvinas). Por otro lado Horacio Zoto, un retirado de la Armada Argentina, cuenta a este medio, que hace dos años atrás estuvo acompañando la iniciativa de los ex movilizados, en una campaña de firmas que procuraba un subsidio. Pero pasó el tiempo y ninguna respuesta se vio hasta el momento.

Mas allá del conflicto que existe entre estas dos partes, hay un responsable en el medio que debe hacerse cargo y ese es el Estado. El gobierno debería proporcionarles a los ex movilizados un subsidio por los daños morales y psicológicos que soportaron en los batallones, porque también sufrieron maltratos, hambre y frío.

Tal vez en distintas escalas, porque no son veteranos de guerra, pero no nos olvidemos que todos sufrieron diferentes secuelas y deberían poder tener acceso a una indemnización. Es responsabilidad de los gobernantes, que todos los ex movilizados del país puedan tener un subsidio. La realidad es que todavía quedan abiertas las heridas de una guerra y el reclamo de estos soldados, que aún no tienen eco en la dirigencia política.

Historia de un soldado

Alfredo Escobar, es un Ex combatiente de la Guerra de Malvinas. Un hombre común. Un padre de familia ejemplar. Partió a las Islas con tan solo 18 años de edad. Estuvo alrededor de 75 días lejos de su familia y de sus seres queridos. Días que se hicieron interminables, en los cuales sintió frío, hambre y noches de sueños de segundos. Noches en las que lo invadía el miedo, el pánico y una incertidumbre abrumadora, que lo hacía pensar si al día siguiente iba a seguir con vida.

En Malvinas se concentraban en grupos de 12 soldados. Cada uno en su posición correspondiente. Alfredo tenía la tarea de manejar una ametralladora y esa fue el arma que le permitió mantenerse con vida. Todo era una ola de gritos, fuego, fogonazos. Compañeros que fueron cayendo en el camino. Compañeros que jamás iba a volver a ver.

Alfredo cuenta con lágrimas en los ojos y con la voz quebrada, que fue muy dura esa experiencia que le tocó vivir. A veces lo recuerda en cada navidad o año nuevo, cuando se acercan las doce de la noche y comienzan a estallar los fuegos artificiales. Fue muy difícil también volver a su trabajo, en donde tuvo que soportar bromas pesadas, como cuando su jefe hizo explotar un desodorante para que se asustara. En ese momento todavía estaba muy sensible por lo ocurrido.

Aunque le cuesta mucho hablar, hoy este gran hombre nos cuenta su experiencia en Malvinas y sostiene que a pesar de todo lo que se dijo de la poca valentía de los soldados, él es un veterano de guerra y lo lleva con mucho orgullo.