miércoles, 3 de noviembre de 2010

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"De su amigo pase a ser su admirador"

Entrevista con Carlos “Calica” Ferrer, un amigo de la infancia de Ernesto Che Guevara, cuenta que hablar de él en escuelas y Centro Culturales lo llena de satisfacción al igual que la publicación de su libro De Ernesto al Che.

Muchos hablan del Che, desde quienes menos lo conocen hasta quienes leyeron todos sus diarios, sus ideales. Leer al Che es una actividad habitual en Latinoamérica y hablar de él aun más común. Pero hay personas que conocieron de cerca la etapa pre revolucionaria de Ernesto, la transformación de su conciencia a medida que encontraba en su camino las injusticias impuestas por los poderosos. “Lo conozco desde los cuatro años. Me siento con autoridad para hablar de cierta parte de la vida del Che” respondía Carlos “Calica” Ferrer a quienes cuestionaban sobre sus derechos o no de hablar sobre esta personalidad. De Ernesto al Che se trata de eso, y tal vez por eso es interesante conocer a este mitológico revolucionario como un amigo más.

¿Después de lo que viviste con Ernesto, crees que estuviste influenciado en alguna decisión significativa de tu vida?
- Pero, notable. Mi vida está muy influenciada por Ernesto. Te diría primero, mi hijo se llama Ernesto Benjamín. De una forma u otra es notable como mi vida ha influido en todo. Puedo contestar haciendo lo que hago, totalmente gratis y voy a donde me lleven.

Es una responsabilidad social, por el hecho de haber sido amigo del Che, en algún momento ¿no supiste como manejarlo?
- Es una gran satisfacción. Lo que sí, me tomo mucho cuidado de ser ecuánime, de no sobreponerme a lo de Ernesto, sino quedarme donde me corresponde como una persona que puede contar la historia de este gran hombre y no usarla en beneficio propio. Es así creo que soy honesto.

Cuando se declaraban antiperonistas de familia, en ese su círculo social, ¿lo dijiste para desprenderte de alguna responsabilidad o por convicción?
- Es un tema bravo, porque por un lado es cierto, y por el otro querer disculparme sonaría a querer acomodarme, no es así. Yo creo que la palabra circunstancia es muy importante en la vida de las personas. Nosotros pertenecíamos a una familia antiperonista pero cerrada tanto el padre de él, como mi padre. Teníamos toda la influencia universitaria, en la universidad no lo querían a Perón. El peronismo era una democracia, sin lugar a dudas, una democracia dura y algún tipo de persecución a algunos disidentes. Pero a nosotros nos paso otra cosa, a medida que íbamos caminando, conocíamos a la gente del pueblo, y nos decían “ustedes se sentirán orgullosos de tener a un presidente que se ha opuesto a los norteamericanos ” ,“nosotros lo admiramos”, “que suerte que tienen ustedes”. Después en cada lugar que íbamos donde había habido un problema, terremoto o cosas así, la ayuda de la Fundación Evita, y bueno, si se quiere, Ernesto lo va a ver a Perón, antes de ir a Bolivia, a Puerta de Hierro. Ernesto era un tipo súper inteligente y sabia que cualquier cosa que quisiera hacer en Argentina sino contaba con el apoyo del peronismo era imposible, como sigue siendo así. Es decir, con el tiempo he reconocido que el peronismo fue una revolución innegable que cambio totalmente la historia de la República Argentina.

¿Durante la dictadura del 76 tuviste algún conflicto?
- No, yo no tuve problemas porque tal vez el libro que había publicado el Gordo Rojo, nunca dio mi nombre, siempre puso Calica Ferrer, entonces pienso que no me molestaron por eso. Además yo tenía antecedentes, el bautismo de mi hijo con el cura Mujica, y había tenido una posibilidad de trabajo con la gente de Papel Prensa y la persona que se contacto conmigo desapareció, pero él tenia una lista de direcciones y mi dirección estaba ahí, tal vez por llamarme Calica me salve.

¿ Y cómo fue la visita a la Casa Rosada en el 2004 ?
- Nos invita Victor Bugge, el fotógrafo de la presidencia, que lo tengo que ver ahora porque quiero sacarme una foto abajo del cuadro del Che que hay en el salón blanco de la Casa Rosada, así que el Che ya está en la presidencia. Quiero sacarme una foto ahí para mandar a Venezuela, a Cuba, al petiso granado para que le de envidia porque estuvimos juntos con Granado en aquella visita a la Casa Rosada. Fue una experiencia muy linda, para mi inolvidable, sobre todo las fotos desde ese lugar donde se había decidido la historia de la Argentina, el balcón, donde se recibió la copa del mundo con Diego Maradona.

Alguna vez dijiste que crees que el Che hoy no usaría la metodología de las armas, que eso lo hizo a los 39 años. ¿Cuál crees que sería la manera?
- Hoy en día, eso lo hable con Evo Morales, ha llegado la forma de hacerlo de otra forma. En este momento mientras no nos obliguen, las armas hay que tenerlas guardadas, por si acaso. Si vos te das cuenta que los Estados Unidos están cercando a Venezuela, con el cual no pueden dejar vivir porque necesitan petróleo. Le ha puesto base alrededor, Colombia, Centro América, hay una flota que nada merodeando.
Además nunca van a hacer una invasión, han cambiado las circunstancias política de América latina, gracias a la revolución cubana que de un momento dado fue lo único que quedo a salvo, lo demás estaba todo devorado por el imperialismo y siento una gran satisfacción decir que dentro de esa revolución, Ernesto fue un pilar fundamental.
Pero ahora claro, ellos tienen otra metodología, como lo que ocurrió en Honduras. Muchos países que viven de esa economía muy ligada a Estados Unidos.

¿Sentís que el espíritu latinoamericano está resurgiendo?
- La lucha está planteada, cada vez somos más fuertes. Es fantástico el panorama. Si yo comparo éste con el panorama que teníamos cuando nos fuimos con Ernesto de acá, pensar que teníamos dictaduras en Paraguay, en Bolivia, En Colombia, en Venezuela, que centro América estaba Batista, Trujillo, Somoza, Papalou, que eran administradores de Estados Unidos. Ha cambiando, se habla para que nuestras reservas no estén en Estados Unidos, sino en otro lado. En fin hay un panorama muy positivo.

¿Qué cosas son las que más te hacen recordarlo?
- Una película me llego mucho, las carreteras de Bolivia, sacaban escenas arriba de una camión, en unas carreteras terribles, me acordé tanto del viaje con Ernesto, de cuando llegamos al lugar donde habían unos precipicios, donde de este lado a la izquierda estaba el precipicio y de este lado la derecha 60 cruces de una camión o colectivo que se había caído y vos veías que el tipo que manejaba que para frenar tenía que pegarle tres o cuatros patadas al camión porque el freno no andaba, porque el camión era una batata. Y me acordé tanto de Ernesto, siempre hay algo que me recuerda a él. Y siempre digo esto le gustaría Ernesto o esto le parecería bien. Por ejemplo lo de los colegios (renombrar escuelas públicas con su nombre) promovió la educación de Cuba, por eso es un homenaje fantástico a él.

¿Fue como una terapia para vos publicar esa parte de tu vida?
- Si. Yo creo que es terapia todo lo que es agradable, algo que te obliga a pensar a estudiar y a estudiarte. Me llena de satisfacción. Muchas veces hago cosas o digo y pienso ¿qué dirá Ernesto? Si yo le dijera esto o habría una discusión. Con Ernesto de chicos hemos peleado, hemos discutido, nos hemos insultado hemos tenido la vida que tienen dos amigos, porque dos amigos que nunca tuvieron ninguna dificultad no son amigos, esto es autentico.

Calica siente una responsabilidad al hablar del Che, una responsabilidad que le llena de satisfacción y dice que cada vez que va a Centros Culturales, a Escuelas, universidades para referirse a su amigo es una actividad que lo complace. “Si he conseguido que lo conozcan un poco más, mi misión está cumplida” finalizo.