jueves, 9 de septiembre de 2010

Una vergüenza social

La violencia de género es un mal que tiene sumidas a las mujeres de todo el mundo, y el dato revelador es que toda una multitud es responsable de esa lamentable situación.

Si bien en los últimos años la mujer dejó de ser sólo una ama de casa, para superar ciertas imposiciones preexistentes, con lo cual demostró ser competente en diversos roles al punto de quebrar algunas convenciones sociales que determinaban su genero. Todavía existe una fuerte concepción machista acerca de su figura, que se ve en el menosprecio, la discriminación, la agresión física y psicológica, que tiene lugar tanto en el ámbito familiar, laboral como formativo.

Estas agresiones forman parte de lo que hoy en día representa un terrible karma para la mujer, y se conoce más precisamente como violencia de género. Esto se debe, tal como lo afirmó la abogada Flavia Olmedo en el magazine radial que realizaron los estudiantes del CENUM, “porque existe un patriarcado, que influyó en todas las situaciones y actividades, como las laborales, donde hay diferenciación entre el hombre y la mujer”. Más allá de los progresos que hayan surgido a nivel social al respecto, en lo concerniente a la cultura aún existen muchos prejuicios que no permiten un avance en las conciencias colectivas.

Pero eso no es todo, en tanto la gravedad del asunto llegó a un punto alarmante. Debido a que, según datos de la Organización Mundial de la Salud, el 70% de las mujeres asesinadas en el mundo, lo son a mano de sus parejas o ex parejas, siendo ésta la principal causa de muerte de mujeres entre 16 y 44 años. Además, se calcula que una de cada tres mujeres es golpeada, obligada a mantener relaciones sexuales, o sometida a algún tipo de abuso a lo largo de su vida.

Al respecto, hay que remarcar que existen centros de contención que trabajan sobre los modos de violencia, brindando capacitación, asesoramiento, servicios jurídicos. Tal es el caso de la “La Casa del Encuentro” que posee su única sede en el Partido de Moreno, más precisamente, en Av. Rivadavia 3917, y “La Casa de la Mujer” que se encuentra en la misma localidad, en la calle Leandro Alem 2616.

A causa de la delicadeza del problema es preciso aclarar, según mencionó la abogada Olmedo, que para terminar con las burdas apreciaciones que la sociedad tiene de la mujer oprimida, es necesario entender, que a consecuencia del maltrato se encuentra sumida dentro de una patología donde la culpa, el sometimiento y la baja autoestima influyen, impulsándola a seguir tolerando el calvario.

Una vez comprendida la complejidad del asunto, el próximo paso, debería ser el replanteo sobre los actos y pensamientos viles, por medio de los que se colabora personalmente, con este maltrato masivo hacia ellas que además de ser madres, hermanas, amigas, novias, son por sobre todo seres humanos que tienen derecho a ser respetados.

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