jueves, 9 de septiembre de 2010

Columna de opinión: Por una sociedad distinta

Los tiempos cambian y a la vez uno va cambiando aún más con ellos. Muchas veces la vida nos pone en situaciones en las cuales uno tiene que elegir qué hacer, a dónde ir y de qué lado estar. Pero también estas situaciones provocan un profundo y gran rechazo ante la sociedad.

En estos últimos días una ley fue promulgada. Una ley que refleja que más allá de la orientación sexual, lo que importa es el amor. Frente a esto los argentinos tenemos un gran prejuicio. Quizá es ese miedo al cambio y a una vida distinta.

Hoy la sociedad está enfrentada en opiniones encontradas. Por un lado están aquellos sectores que apoyan a todas las personas que decidieron otra sexualidad que escapa a la tradicional heterosexualidad. Aquellas que prefirieron dejar de lado las distintas culturas, que establecen que una familia sólo se compone entre un hombre y una mujer. Y por el otro están los que se oponen a esta sanción, ya sea por una determinación religiosa, judicial o sociocultural.

Más allá de esta ley que posibilita el matrimonio entre personas del mismo sexo, hay una cuestión todavía mucho más amplia. Esto tiene que ver en que todos los argentinos podamos reflexionar acerca de por qué los homosexuales no podrían tener, al igual que todos, los mismos derechos y obligaciones, sin distinción de credo, raza, religión u orientación sexual. Esta es una época de cambio y concientizar a la sociedad es un trabajo entre todos.

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