domingo, 29 de mayo de 2011

Las heridas de una guerra

Hace un largo tiempo que los Ex Movilizados de Malvinas reclaman por sus derechos, pero las respuestas a su pedido quedan sólo en los archivos y fuera del debate de la agenda política.

El 2 de abril de 1982, mientras llegaba a su fin una de las dictaduras más sangrientas de Argentina, miles de jóvenes de distintas provincias del país, combatieron en la guerra de Malvinas, un combate armado entre la República Argentina y el Reino Unido. La causa fue una lucha desde hace muchos años, por conseguir su soberanía. Y el principal responsable e impulsor de este conflicto, fue el gobierno de facto dirigido por Leopoldo Galtieri.

Argentina no estaba preparada para enfrentar a los británicos. Muchos jóvenes fueron forzados a entrar en un conflicto bélico sin preparación en armas. Cientos de almas se perdieron en esta guerra que marcó la historia nacional.

Pero hoy la lucha continúa desde otra perspectiva. En la actualidad existe un dilema entre los ex combatientes, los ex movilizados y el Estado.

El problema en cuestión es que los llamados movilizados están reclamando al Gobierno que sean incorporados al subsidio estatal y así poder cobrar una indemnización de la cuál no hay respuestas tangibles.

Frente a esta disputa muchos de los ex combatientes, que sí entraron en el conflicto bélico, están en desacuerdo con esta cuestión. “Nosotros no los apoyamos. Ellos son sólo movilizados. Mientras apenas dormíamos unos minutos en las trincheras, ellos lo hacían en una cama, en los batallones. Tendrían que buscar el subsidio como movilizados y no por la sangre derramada como dicen, porque no la vieron” afirma Alfredo, integrante de U.C.I.M. (Unión de Ex Combatientes de Malvinas). Por otro lado Horacio Zoto, un retirado de la Armada Argentina, cuenta a este medio, que hace dos años atrás estuvo acompañando la iniciativa de los ex movilizados, en una campaña de firmas que procuraba un subsidio. Pero pasó el tiempo y ninguna respuesta se vio hasta el momento.

Mas allá del conflicto que existe entre estas dos partes, hay un responsable en el medio que debe hacerse cargo y ese es el Estado. El gobierno debería proporcionarles a los ex movilizados un subsidio por los daños morales y psicológicos que soportaron en los batallones, porque también sufrieron maltratos, hambre y frío.

Tal vez en distintas escalas, porque no son veteranos de guerra, pero no nos olvidemos que todos sufrieron diferentes secuelas y deberían poder tener acceso a una indemnización. Es responsabilidad de los gobernantes, que todos los ex movilizados del país puedan tener un subsidio. La realidad es que todavía quedan abiertas las heridas de una guerra y el reclamo de estos soldados, que aún no tienen eco en la dirigencia política.

Historia de un soldado

Alfredo Escobar, es un Ex combatiente de la Guerra de Malvinas. Un hombre común. Un padre de familia ejemplar. Partió a las Islas con tan solo 18 años de edad. Estuvo alrededor de 75 días lejos de su familia y de sus seres queridos. Días que se hicieron interminables, en los cuales sintió frío, hambre y noches de sueños de segundos. Noches en las que lo invadía el miedo, el pánico y una incertidumbre abrumadora, que lo hacía pensar si al día siguiente iba a seguir con vida.

En Malvinas se concentraban en grupos de 12 soldados. Cada uno en su posición correspondiente. Alfredo tenía la tarea de manejar una ametralladora y esa fue el arma que le permitió mantenerse con vida. Todo era una ola de gritos, fuego, fogonazos. Compañeros que fueron cayendo en el camino. Compañeros que jamás iba a volver a ver.

Alfredo cuenta con lágrimas en los ojos y con la voz quebrada, que fue muy dura esa experiencia que le tocó vivir. A veces lo recuerda en cada navidad o año nuevo, cuando se acercan las doce de la noche y comienzan a estallar los fuegos artificiales. Fue muy difícil también volver a su trabajo, en donde tuvo que soportar bromas pesadas, como cuando su jefe hizo explotar un desodorante para que se asustara. En ese momento todavía estaba muy sensible por lo ocurrido.

Aunque le cuesta mucho hablar, hoy este gran hombre nos cuenta su experiencia en Malvinas y sostiene que a pesar de todo lo que se dijo de la poca valentía de los soldados, él es un veterano de guerra y lo lleva con mucho orgullo.

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