domingo, 29 de mayo de 2011

No va más!

Cansados de tanta restricción para acceder a una educación pública que abre las puertas del progreso a nivel colectivo, estudiantes de terciarios se organizaron, y hoy en dos institutos del Conurbano el acceder a estudiar una carrera no tiene cupo limitado.

Como si efectivamente se tratara de un juego, la Dirección de Educación Superior, implementó una nueva forma de ingreso al nivel terciario y universitario. Anteriormente, se realizaba por medio de examen eliminatorio donde sólo ingresaban a la carrera aquellos que obtenían mejor puntaje, de acuerdo a las vacantes disponibles. Sin embargo, para el ciclo lectivo 2011 la decisión fue que el ingreso de los estudiantes quede en manos del azar y que se realizara por sorteo entendiendo a la educación como “una cuestión de suerte”.

Así, esta nueva metodología fue aplicada a toda la Provincia de Buenos Aires excepto a algunos institutos del Conurbano Bonaerense como fue el caso del Instituto Ricardo Rojas de Moreno y el Graciela Gil de Merlo. No fue por una decisión política sino por la victoria de una lucha estudiantil organizada. Durante el mes de febrero se dio a conocer la noticia y desde allí la disputa fue continua y permanente.

El porcentaje no era menor, los institutos sólo tenían lugar para un 35%, por lo que un 65% lo que representaba más de 1000 aspirantes, quienes se quedaban sin la posibilidad de estudiar.

“Este es el papel que tiene la educación, está dejada a un lado, conviene que no estudiemos, que no pensemos, que no nos organicemos. Un pueblo sin educación es un pueblo que no responde, por eso peleamos tanto por ese derecho que nos corresponde a todos. Nosotros tenemos un montón de restricciones que tienen que ver con la situación económica, con lo que nos pasa a cada uno en nuestra casa y que encima del Estado nos diga `mira no vas a entrar si no tenés suerte´, no lo podemos permitir”, declaró a La Chispa Manuela, estudiante comprometida con el conflicto.

De manera organizada, estudiantes, agrupaciones políticas y sociales, formaron una “coordinadora” que llevó adelante la lucha representando una total oposición al ingreso restricto de estudiantes, levantando la bandera de la educación como un derecho para todos.

Por medio de asambleas participativas la Coordinadora decidió algunas acciones, entre ellas la toma del Consejo Escolar, cortes de calle en el centro de Moreno, y así lograron que se hicieran presentes representantes de la Dirección de Educación Superior, quienes autorizaron el ingreso irrestricto.

Esta organización surge a partir de un conflicto puntual, sin embargo, la perspectiva es a largo plazo y los objetivos son profundos, “queremos armar el centro de estudiantes en el Rojas, empezar a discutir más de fondo el tema del presupuesto, los problemas edilicios y lograr obtener un edificio único para cada institución educativa, el beneficio del boleto terciario que no existe, la calidad y el nivel educativo. Y principalmente organizarnos con todos los institutos de la provincia”, anunció Manuela.

Los objetivos mencionados exceden el territorio de Moreno, de Merlo y del Conurbano, son decisiones políticas que trasladadas a las acciones se reflejan en las injustas situaciones diarias en las que se encuentra la educación. Así, el estudiante hoy reivindica su verdadero rol, se ve frente a otras exigencias que movidas por el compromiso y la convicción dan cuenta que la organización es la base de la lucha para obtener la educación que todos merecemos.

Manuela nos comparte su reflexión: “Me di cuenta que si no empezaba a discutir, si no me plantaba, si no empezaba a pelear por lo que me correspondía no lo iba a hacer nadie por mí. Hay dos maneras, una es ser espectador y ver como suceden las cosas, o empezar a tomar parte y decidir cambiarlo”.

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