domingo, 29 de mayo de 2011

Un baile que habla

Desde hace algunos años, las comunidades han decidido darle fuerza a una de las expresiones artísticas más revolucionarias en los últimos tiempos, las murgas.

La murga ha sido desde siempre un baile de festejo y reclamo, dado que la historia muestra sus orígenes en la época de los esclavos, los cuales motivados por los maltratos de sus amos realizaban este baile burlando a esa realeza; el último tiempo ha demostrado que esta forma de expresión se repite y se alimenta de las ganas de decir, de reflejar una problemática y acompañar un proceso de cambio.

En Moreno, La Chispa pudo conocer a diferentes murgas que han venido creciendo y mostrando esas falencias y virtudes de sus barrios a través del baile y la percusión. “Para el barrio es como un símbolo, vos nombras Sanguinetti y se quiere decir `el barrio de los Piantados´, y para nosotros eso es un honor, porque arrancamos como un juego de amigos y se fueron sumando chicos. Nunca hubo murga en el barrio, y ser los artífices nos genera mucha emoción por lo que significa para el barrio”, así nos contaba Ezequiel, uno de los creadores de la murga “Los Piantados de Paso del Rey”.

Pero también, el mensaje militante y político de cada murga es muy claro, a través de ella no sólo encuentran un medio de expresión, sino también de reclamos, y así se manifiestan en sus shows, sus canciones que direccionan sus críticas a los poderíos y reivindican a los barrios y su gente como los conquistadores de la calle.

Cristian, participante del Centro Comunitario “El Encuentro” de Santa Brígida y de la murga “Los Mocosos del Encontronazo”, del mismo lugar, nos cuenta: “Es una expresión artística y genuina del barrio, puede ser una voz también. Es un espacio de organización, de formación, y también asambleario, porque como la pensamos a la murga nosotros es un espacio sin directores, se va formando un grupo y es ese grupo el hacedor de las decisiones, es el que flashea qué tocar, qué cantar, qué decir y cómo decirlo también”.

La relación con la comunidad es esencial para el funcionamiento de la murga, por eso el acompañamiento siempre esta dado por un sentido de pertenencia, de escuchar y bailar lo que sucede día a día a nuestro alrededor. Los jóvenes toman la posta en este caso, ellos incentivan día a día a los más chicos a participar y expresarse, que no quede en el solo hecho de bailar, sino también de decir, de alzar la voz y hacerse escuchar.

Cecilia de los “Los Caprichosos de Momo” define a la murga como una forma de organización colectiva, la cual puede denunciar y celebrar cosas, y que “es importante en el barrio tener un espacio que celebre la vida y que también diga cosas, más allá de bailar y que se vean cosas bonitas, y si son los pibes los que lo dicen, mejor”.

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