martes, 19 de octubre de 2010

El aborto es una realidad

Nuevas discusiones se dieron con respecto a un tema que forma parte de la humanidad desde diferentes posiciones, sin embargo, hoy las prácticas abortivas existen y muchas mujeres la realizan, por lo que el tema se posiciona como una necesidad


La decisión de interrumpir un embarazo se ve reducida al contexto social de la mujer y a sus posibilidades de acuerdo a este. Algunas lo realizan de forma independiente con productos accesibles, tales como el misoprostol, mientras que otras tienen la posibilidad de acceder a servicios médicos y obtener un aborto seguro. En este sentido, los derechos de las mujeres no son iguales para todas.


Según la Organización Mundial de la Salud, el aborto desde una perspectiva médica es la interrupción del embarazo antes de que el feto sea viable, es decir, capaz de llevar una vida extrauterina en forma independiente. La viabilidad suele definirse en función de la duración del embarazo o del peso del feto, y en ocasiones, de la longitud de éste.


Sin embargo, durante los últimos años quedó evidenciado que la problemática del aborto no es solo una temática sanitaria sino que constituye un fracaso social, que pone en tela de juicio la efectividad de las políticas de educación sexual, que hace a las construcciones sociales y culturales sobre la sexualidad.

Según datos revelados por el Ministerio de Salud, en la Argentina “se estima que se producen alrededor de 400.000 abortos clandestinos por año y esta práctica es una de las principales causas de mortalidad materna.”


Atendiendo a las características presentadas en el párrafo anterior, queda explicito que a pesar de la restricción jurídica y a la penalización del aborto especificado en los artículos 85, 86, 87 y 88 del Código Penal, estas no limitan la práctica de la interrupción del embarazo, no impide que la mujer elija por su propio cuerpo y sólo aporta a la muerte de miles de mujeres. El aborto existe, es una realidad necesaria su despenalización.


De esta forma se presentan dos perspectivas que deben ir acompañadas: la educación sexual y la legalización del aborto.


Por un lado, resulta necesario que se garantice el acceso a la información como una medida de prevención del aborto y el desarrollo de una educación sexual, que prevea los contextos actuales como parte de la realidad, y desde ahí definir sus medidas. Las prácticas abortivas no son hechos aislados sino que son anticipadas cuando la accesibilidad de la información y la educación integral fracasan.


En este sentido el Ministerio de Salud de La Nación, basándose en la Constitución Nacional, hace mención a los derechos sobre sexualidad y reproducción de los ciudadanos: “Los derechos sexuales y reproductivos se basan en la autonomía de las personas para tomar decisiones acerca de su vida, su sexualidad, su cuerpo, su reproducción, su salud y su bienestar. Incluyen el derecho a tener relaciones sexuales cuando queremos y con quien queremos, sin violencia ni bajo presión; a tener hijos cuando lo deseamos, y a expresar nuestra sexualidad de la manera en que la sentimos.”

La educación como parte


La Chispa entrevisto a David Abramovici, antropólogo e integrante del Programa “Hacete cargo, sexualidad y construcción de identidades” del partido de Moreno, quien dijo que “la decisión de abortar es la instancia última del problema, el proceso previo tiene que ver con la educación sexual y con las cuestiones de género, que en ese sentido la sociedad esta presente todo el tiempo.” Además agregó que resulta necesario que la sexualidad integre los derechos de los individuos, el acceso a la información y entenderla en su dimensión como un proyecto de vida.


De esta forma, resulta necesario incrementar la educación sexual y reproductiva, la discusión y el debate, la divulgación, y por sobre todas las cosas mantener el tema vigente constantemente en la sociedad.


Según destacó Abramovici, al momento de analizar la situación se debe tener en cuenta todas las instancias que van mas allá del puro acto sexual; es decir, entender la sexualidad desde los aspectos sociales y que todo forme parte de la reflexión y a partir de ahí implementar la forma para trabajarlo desde las escuelas y las unidades sanitarias.


En debate sobre el tema, la psicopedagoga y terapista familiar Lidia Goldenberg, asegura que la gente que sabe menos es la que cae más en la trampa, lo que significa que en este sentido no todas las mujeres tienen los mismos derechos.


Por esto resulta necesario respondernos, “¿Cómo hacemos para que realmente haya una educación en ese sentido? Me refiero que tiene que haber una ley que se ocupe de trabajar con los jóvenes y principalmente con la gente que no tiene mucha educación, y para esto debe existir la decisión de cambiar el programa de educación, es decir reciclarla. Por lo que hacen falta congresos, estudiar, proponer, aprender de la gente que sabe y la decisión del Estado de acompañar”, explico la psicopedagoga.


De este modo, resulta necesario rediscutir el problema del aborto, que es trabajar tangencialmente en la salud sexual y reproductiva; sin embargo, las muertes por abortos clandestinos existen, por lo que la abogada Elisa Larrea sostiene que resulta necesario preguntarse “¿Cuál es la realidad? La realidad es una y el derecho tiene que legislar esa realidad, esto no significa que todas las mujeres vayan a abortar, como no significó que todas se iban a divorciar, como no significó que ahora todo el mundo se va a casar entre pares, sino es legislar sobre una realidad subyacente que no se puede negar”.


La finalidad de la legalización es colaborar con la mujer para que tenga lo que necesite. Una ley del aborto significaría un progreso social, sin embargo debe ir acompañado del cumplimiento de la ley de salud sexual y reproductiva y que su efectividad llegue al último rincón del país, ya que en Capital y Gran Buenos Aires el acceso a un hospital es más factible que ruta adentro donde las posibilidades son reducidas. En este sentido es importante tener una ley de aborto y con un respaldo de la ley de educación sexual.

El principio es que la educación brinde los elementos y saberes de cuidados y prevenciones, el principio es que el Estado responda a una realidad, cuidando la salud de la mujer. Eso es producto de la educación.


0800-222-3444 Ministerio de salud de la nación

Línea nacional gratuita y confidencial sobre sexualidad, salud sexual y reproductiva

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