martes, 19 de octubre de 2010

12 de octubre, ¿Quién te leyó el cuento?

Concebir a la historia como un relato es entender que la significación de cada suceso no es inocente ni objetiva.

Las escuelas fueron cómplices de mentiras durante siglos, porque consagraron realidades sin la mínima cuestión sobre la historia que contaron y no se atrevieron a reflexionar sobre la misma ni dar lugar al reconocimiento de la subjetividad entrañada en cada libro.

Cuando se comprende el sentido de la construcción de una verdad se amplía la capacidad de concientizar sobres ciertos sucesos que dejaron sus huellas en una identidad que comienza a tomar forma en Latinoamérica.

Es así como el llamado día de la raza, o el denominado descubriendo de América, también son denominaciones que pasaron a la historia cuando se comprendió desde qué postura un nombre es el principio, sólo el principio de la identidad de algo.

En aquel entonces, el llamado progreso trajo la pólvora, la llamada civilización desembarco la más temible barbaridad que hizo correr sangre de quienes se defendían; la Iglesia, la sagrada Inquisición y eso es más que suficiente para cuestionar aquellas ideas europeas.


Sin embargo, cambiar la designación no basta si el sentido continúa siendo el mismo. A pesar de que hoy algunos países de América latina lo llaman El Día de las Culturas en Costa Rica, o el Día de la Resistencia Indígena desde 2002 en Venezuela, o la Conquista de América, como en nuestro país, no es suficiente para concretar su resignificación.

Pero decir que hace 518 años comenzó el genocidio y la imposición de nuevas culturas y religiones sirve para memorizar la fecha del aquel desembarco, pero la reflexión consiste en no dejar de exigir el reconocimiento que estas costumbres merecen, insistir que las lenguas que intentaron acallar durante siglos tengan su lugar en cualquier ámbito para refortalecer aquello que intentaron erradicar, el origen.

Durante mucho tiempo la composición indígena en la configuración de America era una negación fuertemente convencida, hoy se reconoce que el pueblo actual esta conformada por la mezclas de culturas, tanto europeas como originarias.

Hacer la historia desde este lado del mundo es intentar rastrear restos de lo que nunca se quiso contar, es buscar nuevos significados para restaurar la opacidad de lo que se intento invisibilizar, es darle la voz de quienes padecieron la parte que no se dejo conocer, es llegar mas lejos desde esta parte de la realidad.

Razonar sobre eso también tiene su consecuencia, porque escuchar la otra parte de la leyenda es ver un consecuente procedimiento hasta el presente. El antes y el después quedará escrito en el pueblo latinoamericano después de pasar por la reflexión sobre lo que hoy nos hace repensar la historia que nos contaron, somos la herramienta para escribir un futuro mas justo.

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