sábado, 7 de enero de 2012

Cuento: Reflexión ficcional de un niño

“Soy un chico normal. Juego a la pelota, voy a la escuela, hago mis deberes, miro la tele y juego a la Play.

Hoy fue un día normal. Mamá me pidió que vaya al almacén con plata grande, conté el vuelto y todo. Y mi hermana hizo mi cama y la suya y ordenó mis juguetes. Pero lo hizo mal, mezclo sus muñecas con mis dinosaurios. Por eso tuve que arrancarle la cabeza a unas de sus Barbies, es tan bruta que no entiende que los humanos no existían en la era mesozoica. Ella lloró, y papá se rió cuando llegó del trabajo, y mamá le relató lo sucedido. Creo que le di una lección con humor a mi hermanita aunque todavía llore por su muñeca preferida.

Pero al final de la noche mamá me castigó, y después regaló todos mis juguetes. Me puse furioso. Papá estaba de mi lado, discutían y mi hermana seguía llorando con el cuerpo de su muñeca en una mano y la cabeza en la otra.

Ahora yo estoy re aburrido porque no tengo qué hacer, mi hermana ni siquiera quiere hablarme.

Para colmo mañana en la escuela vamos a hacer una actividad de grupos, las nenas por un lado, y nosotros por el otro. Nos tocaba el color azul. Seriamos los soldados guardianes de la fortaleza escolar. Teníamos que llevar nuestras armaduras y yo iba a llevar las pistolas de Ben 10.

¿Que hago sin mis juguetes? Voy a aburrirme con las nenas. Ellas eran el color rosa y cantarían canciones con la señorita. Todos se van a burlar de mí. Prefiero no ir.

Mamá y papá siguen peleando por mi culpa, y yo estoy más irritado. Mi hermana ya ni me mira.

Y escribo estas líneas como para defenderme. Ya casi parezco una niña. Ya casi lloro, casi me parezco a mi hermana. Pero no. En nombre de Goku y de todos los seres fuertes, yo no puedo ser débil. Inmediatamente quemaré esta hoja y me desharé de lo que no debo ser”.

Agustín, 9 años

No hay comentarios: