sábado, 8 de octubre de 2011

Por la identidad cultural

Juan Falú es un músico, compositor y artista referente de la música argentina, es un militante social que a través de la música recrea y comparte, en cada recorrida por el país y el mundo, las raíces y los códigos identitarios que hacen a nuestra cultura nacional.

La música folklórica es una expresión de la cultura argentina, que con sus letras rompe las fronteras, esas que con sus límites políticos imponen diferencias culturales e identidades diversas. Juan Falú, recorrió con su arte las provincias argentinas y los países limítrofes uniendo con la música esos pueblos, que otros intentan dividir.

El compositor recrea la historia argentina. Sus letras promueven la recuperación de los valores humanos como principio fundamental para transformar a la Argentina en un país con justicia social y decididamente latinoamericano.

Uno de los mayores logros de Juan Falú fue la creación del festival Guitarras del Mundo, el cuál dirige desde hace casi 17 años, además es docente en el Conservatorio Manuel de Falla, de la provincia de Buenos Aires, donde colaboró en la creación de la primer Carrera Superior de Folklore y Tango.
En una entrevista con La Chispa, el folklorista, reconstruye desde una mirada cultural el concepto de identidad.


¿Cómo definís la identidad colectiva y comunitaria?

Más allá de las fronteras políticas entre Argentina y los países vecinos, creo en las identidades regionales, ósea que de alguna manera los correntinos, los paraguayos, misioneros o formoseños comparten muchas cosas como son la música, el humor y ni hablar del idioma alternativo. Es decir, que hay muchas similitudes que la hacen una sola identidad aunque muchos pretendan establecer diferencias.

Por ejemplo, en la Patagonia donde yo he ido mucho a tocar, hay una integración del chileno que en gran número va a trabajar a la Patagonia. Esto termina generando una integración muy buena, porque la base de la integración es cultural, entonces vienen de identidades definidas pero van asimilando códigos de las concentraciones urbanas, que son los modos de vivir, modos de trabajar, modos de tener relaciones sociales diferentes.

¿Creés que el rock nos aleja de nuestros orígenes y que eso está siendo parte de nuestra identidad?

El rock fue cambiando su influencia en la sociedad, ha sido un elemento de protesta, una expresión. Pero veo que en estos tiempos ha llegado a un techo, desde el punto de vista creativo. Además sigue siendo lo que mejor vende, entonces eso determina una especie de complicidad del propio estado que compra esa popularidad y la influencia de la juventud, para incentivarlo a ser un aliado más, de lo que yo llamo la roquización de la cultura. Justamente cuando esa influencia se ha metido sustituyendo señales de identidad, entonces cambia la manera de cantar, de hacer la música, empieza a predominar la música como descarga y se pierde la música más reflexiva.

La expresión desde al arte tiene que ser aceptada, el arte es una vía de expresión desde hace muchos años para los jóvenes. Nuestra música tiene una historia que ha provocado cortocircuitos, fusiones, avances o retrocesos. El rock nace de un modelo de afuera, no lo digo desde el sentido conservador, sino desde el punto en que se inspira en el afuera y carece del modo de ser nacional.

1 comentario:

Anónimo dijo...

qué maestro, simplemente
nada más es suficiente