domingo, 18 de diciembre de 2011

En el medio del estallido

El impacto visual del estallido del 2001 fue más trascendente que la misma crisis económica.

Los medios audiovisuales fueron la representación del caos y el proceso social que se vivió en aquellos días y como actores sociales, tuvieron un papel casi protagónico en lo que significó este proceso social.

Lo Mass Media hicieron foco en la representación del caos, la fiebre, el hambre y la desesperación. Las imágenes de fuego y saqueos copaban las pantallas y las tapas de los diarios, el estado de sitio sumó la inestabilidad de las emociones entre los mismos vecinos del barrio.

A títulos tales como “Desborde Social”, Telenoche usó para hacer referencia a los saqueos a supermercados en gran parte del país donde quedarían expuestos nada más que la población más humilde, sobre todo el sector del Conurbano. El ejemplo mas redundado fue el caso en Ciudadela, en un mercado chino. Las imágenes del mismo se repitieron en la mayoría de los canales y la captación de su dueño llorando, las corridas detrás de el con un árbol de navidad, terminan por representar al pobre, a “el villero” una vez mas, como el principal enemigo social.

También, desde la prensa se intenta instalar el cacerolazo como símbolo de protesta del hambre a pesar de que comenzó con reclamos de la clase media, en contra de la medida política impuesta por el ministro de economía Domingo Cavallo, que limitaba las transacciones bancarias.

Otras consecuencias, en cuanto a la forma de valorización que hacen los grande medios, se ve en la aclaración constante de que se trataba de una movilización no organizada, subestimando las organizaciones políticas que también participaban .

Durante la marcha multitudinaria del 19 de diciembre el noticiero de cable de Grupo Clarín Todo Noticias (TN), llevó adelante una extensa cobertura donde unos de sus periodista describía el suceso como “emocionante realmente ver tanta gente que se ha movilizado por sí sola, por una necesidad, autoconvocados”.

Sin embargo, los resúmenes que más se repetían a través de estos medios era lo que generaba el estado de sitio. Esa sensibilidad, la vulnerabilidad de no sentir protección gubernamental, la inseguridad que se generaba a través de la misma televisión iba sumando a otras emociones de una inestabilidad permanente.

Si bien algunos medios alternativos planteaban como la oportunidad de la revolución de las clases más bajas, el poder de los grandes medios hizo que ese proceso sólo fuera una crisis que se debía solucionar con las mismas políticas. De modo que las personas tomando electrodomésticos, arbolitos de navidad, como los videos que frecuentaban las pantallas una y otra vez a través de los noticieros, hacía que se generara un temor por ese posible gran cambio.

De la misma manera del “que se vayan todos” y las renuncias políticas que le siguieron le dieron un roce de esperanza a la exigencia popular que empezaba movilizarse. Se generó una especie de triunfo del pueblo pero a la vez se incitó a la reposición como una urgencia para que un nuevo presidente responda frente a la crisis social, política y económica.

Sin embargo, con el tiempo las figuras políticas sólo se fueron transformando, y los medios acompañaron esa metamorfosis, continúan mercantilizando con los mismos de siempre y los demás, el resto que esta del otro lado del medio observa las ilusiones que se plasman a través de su aparato.

No esperes de mí

Mírame, ¿Acaso ves lo que quieres ver?, ¿Reflejo el valor de tu propiedad?, ¿Soy aquello que quieres creer? Tócame, ¿Encuentras en mí tu realidad? ¿Presientes mi modo de ser? ¿Me acerco a tu esencia material? Escúchame ¿Respondo lo que quieres saber? ¿Compraste lo que regalé?, ¿Te hallaste en mi voz otra vez? Descúbreme, Cuando huelas el olor a podrido y el sabor amargo en tu boca, tal vez tendrás mas claros lo sentidos.

El sensacionalismo logra lo que propone cada vez que lo dejamos irrumpir en nuestras emociones, cada vez que le damos pista libre al juego de la realidad que expone. Lo más peligroso es que fiemos de los que nos vende sin darle lugar a una mínima duda.

Será porque más de una vez esperamos que el tiempo nos traiga respuestas. Miramos el reloj y simplemente vemos como cada segundo puede ser una nueva razón. Nos hacemos de esas imágenes los recuerdos, nos fundamos de esas imágenes lo que queremos ser, y de repente nos llenamos de imágenes ajenas y terminamos sintiendo que somos esa representación.

¿Cuánto pudimos tardar en darnos cuenta que los reflejos son ilusiones de lo que creemos? ¿Cuánto tardaríamos en entender que para creer también se puede crear un nuevo paradigma de la misma fe? Si queremos nuevas respuestas es momento de reformular nuevas preguntas.

Cuando nos cansamos de no ser, cambiamos de canal y los nuevos colores intentan confundirnos, y los contrastes nos asustan, nos descolocan y es difícil pensar en contrastes, es difícil apagar con la forma de representación a lo cual nos acostumbraron.

Talvez no se trate de tomar el control o tal vez si, o simplemente se trate de hacerse cargo de lo que queremos ver. No esperes de mí, yo no soy tu realidad, porque aunque parezca irreal, existir solo es cuestión de tu propia imaginación.

1 comentario:

Mati dijo...

Me vino a la cabeza la tapa de Clarín "La crisis causó 2 nuevas muertes", cuando asesinaron a Maximiliano Kosteki y Darío Santillán.